jueves, 3 de julio de 2008

san fermin




SAN FERMIN


San Fermín nació en Pamplona (Iruñea), hijo según parece de Firmo, un alto funcionario de la administración romana. Llegó a ser obispo de esta ciudad, que le venera como patrón. Extendiendo su predicación en la Galias, muere mártir de su fe, probablemente hacia la mitad del siglo III de nuestra era.

Cuando Fermín vino al mundo, aún no había cristianos en Navarra. Pamplona era un punto de confluencia del trazado de las vías romanas que atravesaban el país. Entre los habitantes de la pequeña unidad urbana, se encontraban los padres de Fermín (Firmo y Eugenia). Estos pertenecían a la aristocracia romana que llevaba adelante la administración de la ciudad. La leyenda nos presenta a estos esposos llenos de un profundo espíritu religioso, que aunque paganos, ofrecían sus dones a los dioses teniendo puesta en ellos una alta fe. Un día al dirigirse al templo de Júpiter, para ofrecer sus sacrificios, se detuvieron a escuchar a un extranjero que estaba predicando la doctrina de un dios llamado Cristo. Interesados en las verdades que exponía, Firmo y Eugenia le invitaron a su hogar, donde el presbítero Honesto vio por primera vez a aquel niño a quien más tarde prepararía para ser Santo. En la intimidad del hogar, las convincentes palabras de aquel apóstol enviado por San Saturnino, Obispo de Tolosa conmovieron a toda la familia de Firmo. Poco después vino el propio San Saturnino en persona, que evangelizó en Navarra a más de 40000 paganos, siendo él quien bautizó a Fermín y sus padres.

Vuelto saturnino a Tolosa, Honesto se dedica a formar al joven Fermín, cuya personalidad había adivinado apenas le vio. A sus dieciocho años consigue que hable en público, y cause la admiración de todos. Parece que es entonces cuando sus padres le envían a Tolosa, poniéndole bajo la dirección de Honorado, obispo sucesor de Saturnino. Este le ordena presbítero y más adelante lo consagra obispo de Pompelon (Pamplona) su ciudad natal.

El celo evangélico de Fermín en su tierra Navarra corre parejas con la de San saturnino. No estéril su labor, y el infatigable misionar del joven prelado por poblaciones y aldeas de su tierra las transforma de paganas en cristianas. Pero su espíritu apostólico necesita ampliar horizontes, y por esto, después de ordenar los presbíteros suficientes para el cuidado de su grey, marcha las Galias, donde era necesario todo el entusiasmo de su alma ardiente para afrontar las penalidades de la persecución que allí se estaba desplegando. Sin importarle el peligro que ello representaba para su vida, no cesa de dar conocimiento de Cristo, y en diversos lugares, llegando a los piases bajos, oyen la palabra de Fermín que en Amiens consigue la palma del martirio, al serle cortada la cabeza en la misma cárcel, a consecuencia de su infatigable predicación de la fe cristiana a todos.

Poco más puede determinarse de la vida de Fermín, pues la leyenda con que los pueblos quieren ensalzar a sus Santos hace difícil conocer con más precisión la figura histórica del gran obispo misionero. Pero queda patente su vigor apostólico y su elocuencia que le llevó a dar testimonio de Cristo dondequiera que fuese, hasta hacerlo santo por su fidelidad a la llamada de Jesucristo, que le llevó a sellar con su sangre la fe que predicaba.







FIESTAS DE SAN FERMIN


Como en casi todas las ciudades medievales, nacieron los Sanfermines como fiesta secular y feria comercial, tomando las fechas religiosas cristianas. A comienzo del siglo XIII de nuestra era se celebran las ferias comerciales tras la noche de San Juan, entre el 23 y 24 de junio, con el comienzo del verano. A San Juan seguía San Pedro y luego Santiago, el 25 de julio, un mes después en medio San Fermín. Tenemos pues, en plena Edad Media, ferias comerciales y fiestas religiosas a lo largo de un mes, en el inicio del verano.

Las ferias comerciales eran concurrencia de mercaderes y aldeanos, ganaderos y gentes de todo tipo; también pretexto para fiestas y comenzaron en algún momento, a organizarse corridas de toros a finales del siglo XVI, algo que podríamos considerar propiamente los primeros Sanfermines.

Hay otra fecha emparentada, ahora al final del verano, el 10 de octubre, en que se organizaba la feria de Pamplona, de siete días, desde el año 1324, por privilegio del rey Carlos I de Navarra y IV de Francia. Medio siglo después, en 1381 por privilegio del rey Carlos II de Navarra, pasó a ser feria franca, también entonces con festividades religiosas.

Eran dos ferias, y fiestas al inicio y al final de verano, se unificaron para aprovechar mejor el clima, en la que desde entonces comienza el día séptimo del séptimo mes: el 7 de julio. Aunque todavía en la actualidad se festejan, a finales de verano los llamados “Sanfermines Txikis” (pequeños sanfermines), sólo para los íntimos.

Consta que se celebró una fiesta ya en las nuevas fechas. El Regimiento (ayuntamiento de entonces), celebró una gran ceremonia y pompa el 7 de julio de 1591 (hace más de 400 años).

Programa:
* Pregón y Fiestas, muy ceremonial.-
* Torneo con lanzas en la actual Plaza del Castillo
* Teatro: “Comedia y Tragedia del Bienaventurado San Fermín”
* Danzas, procesión por las calles
* El día siguiente, se celebró la corrida de toros.

Ya tenemos así documentado desde finales del siglo XIV, un embrión de los Sanfermines, y a finales del Siglo XVI unos párrafos del programa oficial de hoy. Fueron pasando los siglos, sin grandes cambios. Eran las fiestas locales, con feria comercial, fiestas religiosas, principio de verano, y así año tras año, siglo tras siglo.

Pero aproximadamente desde 1950 los cambios han sido acelerados. En primer lugar, por el incremento del nivel de vida. Nuestros abuelos, ahorraban durante todo el año para disfrutar de las fiestas. Desde la posguerra y en especial a partir de la obra literaria de Hemingway, los visitantes extranjeros se acumulan en la ciudad. Hoy participan de los encierros unas 15000 personas, o más, con el mismo recorrido de la antigüedad y con la misma cantidad de toros, y la fiesta se apodera de Pamplona.




CANCION DE SAN FERMIN

Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo,
Cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio
Siete de julio San Fermín.-


Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo,
Cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio.
Siete de julio San Fermín.-


A Pamplona hemos de ir
Con una media, con una media,
A Pamplona hemos de ir
Con una media y un calcetín.-


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Prof. César Arrondo

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